Son frecuentes las visitas en la consulta por afecciones irritativas en la piel de los niño/as o adolescentes que pueden confundirse con una infección por hongos o cualquier otra patología.
Esto es debido al cambio hormonal continuo que sufren en la fase de crecimiento. Si a eso le sumamos el abuso de calzado deportivo, el calor y la humedad pueden conllevar a una irritación de la piel, llamadas dermatitis irritativas o eccemas.
Se distinguen por su coloración rojiza y por presentar descamación. Vienen acompañadas de pequeñas fisuras y suelen aparecer en la zona del antepié y/o al final de los dedos, en muchas ocasiones también van acompañadas de picor más o menos intenso.
Además del factor predisponente de la hiperhidrosis (sudoración) está muy relacionado con el calzado y los elementos que se emplean para su confección.
El aumento del calzado con materiales de bajo coste para su confección han hecho incrementar en los últimos años estas afecciones irritativas tanto en la edad pediátrica como en la adulta.
El uso de tinturas y colorantes, así como la goma y los adhesivos qu emplean son muy poco tolerables para la piel y menos aún para la piel del menor que es mucho más sensible y está más desprotegida. Hoy en día se utilizan agentes químicos altamente irritativos como el Níquel, el Cromo y el Cobalto que están haciendo verdaderos estragos en la piel.
Como desde nuestras consultas no podemos detener este crecimiento de productos tóxicos, debido al abaratamiento industrial masivo, solo nos cabe luchar a través de la educación y conciencia de métodos preventivos que eviten en la medida de lo posible dichas afecciones.
Como desde nuestras consultas no podemos detener este crecimiento de productos tóxicos, debido al abaratamiento industrial masivo, solo nos cabe luchar a través de la educación y conciencia de métodos preventivos que eviten en la medida de lo posible dichas afecciones.
En primer lugar es necesario usar calzados amplios y flexibles para evitar la fricción y el roce, y siempre que se pueda que estén hechos de materiales nobles y/o ecológicos (lona, piel…), que en las zapaterías incluso contienen un certificado que lo acredita.
También es muy importante el lavado del pie con un jabón neutro y posteriormente secar bien los pies, sobre todo entre los dedos ya sea con una toalla suave o bien utilizando un secador. Los calcetines han de ser de hilo, lana o algodón y cambiarlos a diario. En el caso que la sudoración sea excesiva, lo mejor es utilizar algún producto antitranspirante de farmacia o preparado especial que el mismo podólogo le puede recetar.
El crecimiento de los niño/as es un proceso dinámico que alterna periodos de aceleración y desaceleración, es decir que en edades tempranas habrán temporadas que el niño crecerá más rápidamente y otras en las que no.
Este artículo se centra principalmente en la primera etapa, que va desde los 0 a los 5 años. Y que es la etapa de mayor velocidad de crecimiento músculo esquelético.
En esta etapa el tejido esquelético mayoritario es cartilaginoso y conforme van pasando los años se va osificando. Sus huesos son muy moldeables y más susceptibles a deformidades que pueden ser irreversibles.
Cada niño/a tiene su ritmo a la hora de lanzarse a caminar, esto vendrá determinado por la cantidad de estímulos que reciba y el entorno.
Una vez que el infante ya ha aprendido a sentarse, a arrastrase y gatear, tendrá la necesidad de levantarse, esto ocurre aproximadamente sobre los 10 meses, y dará sus primeros pasos sin ayuda sobre los 13 meses aproximadamente.
No hay que ser impaciente y forzar al niño/a a dar sus primeros pasos ya que esto puede acarrear daños en su formación y desarrollo, y evitar los corre-pasillos y andadores en edades muy tempranas.
Lo más adecuado cuando comienzan a caminar es descalzo, por lo que es muy importante mantener el espacio limpio y libre de obstáculos para evitar golpes y tropiezos. Tiene que notar las sensaciones del suelo y coger propiocepción, de esa manera los tendones y su sistema musculo esquelético se fortalecen y se desarrollan de manera sincronizada.
El tener mayor movilidad de las estructuras del pie favorece el arco plantar, y estimula el equilibrio. Por último el experimentar las sensaciones táctiles del suelo con los pies (frío, calor, rugoso, suave, áspero, etc..) les estimula y les sirve de gran ayuda para desarrollar el sistema psicomotriz y coger confianza.
Cuando comiencen a caminar por la calle o en el parque es el momento de colocar el calzado. No solo con el fin de proteger el pie de las agresiones del terreno sino también para ayudar a todas las estructuras del pie (músculos, tendones, ligamentos y huesos) a que estén equilibradas y bien alineadas. Para eso es importante un calzado estable, con la base bien ancha y con sujeción mediante cordones o velcros. Con un buen contrafuerte para que el tobillo y el retropié quede bien estable, con la punta protegida para evitar golpes y amplia para una buena movilidad de los dedos.
En definitiva lo mejor es que cuando el bebé comience a caminar sea descalzo y sobre una superficie lisa y sin obstáculos a ser posible dentro de una estancia adaptada o en casa y en la calle siempre con calzado adecuado. El caminar por la arena de la playa también les ayuda a fortalecer todo el sistema musculo esquelético del pie y de las piernas pero sin sobrepasarse en tiempo ya que al no ser una superficie uniforme un exceso puede provocar alteraciones en las estructuras que están en desarrollo.
No hay que olvidar la importancia que tiene el observar bien como camina y si tiende a caer o tropezarse con asiduidad, si es así, lo mejor es llevarlo a un especialista para que le haga un correcto diagnóstico y análisis del pie y la pisada.
El Calzado en edades tempranas forma un papel muy importante en el buen crecimiento y desarrollo del niño/a sobretodo durante los primeros años de deambulación.
Cada vez son más las casas comerciales especializadas en calzado de niño que utilizan materiales transpirables y usan hormas adecuadas para ellos.
Es de suma importancia el uso de un buen calzado durante todo el proceso de crecimiento desde los 13 meses de edad que se comienza a caminar hasta bien pasada la pubertad.
En este artículo comentaremos cuales son las bases de un buen calzado y en que momento de la edad del niño es más aconsejable uno u otro.
El Calzado infantil ha de llevar un buen contrafuerte que mantenga el talón bien sujeto y de estabilidad al talón ya que es el primer punto de apoyo durante la marcha.
Otro punto a tener en cuenta es el interior del calzado, ha de ser amplio y los dedos deben tener la capacidad de poder moverse (puntera amplia), los materiales han de ser nobles para que el pie pueda transpirar y flexible.
Cuando el niño/a empieza a andar se recomienda un calzado muy estable, flexible y con gran capacidad interior, que no comprima, y buen contrafuerte.
Ya cuando el niño/a camina sin dificultad el calzado ha de ser amplio, acordonado, con refuerzos en la parte posterior y anterior y transpirable.
En este apartado citamos cuando es el mejor momento de visitar a los niños al podólogo y que motivos nos pueden ser de ayuda en caso que no sepamos si hay que solicitar una cita o no.
Lo más aconsejable es hacer una primera visita sobre los 4 o 5 años como control rutinario aunque el niño no presente ninguna dolencia o alteración aparente.
Hemos de observar si nuestro hijo/a se queja de las piernas, pies o columna, si cae con asiduidad o si se fatiga antes de lo normal no queriendo caminar durante periodos muy largos. Estos son signos de alarma que nos advierten que puede haber alguna problemática no diagnosticada, como un mal apoyo plantar o una mala funcionalidad del pie.
Las rodillas y los tobillos son las articulaciones que mayor afectación tienen cuando no hay una buena alineación del pie y con el tiempo puede agravarse llegando a general secuelas estructurales irreversibles.
En el caso de niño/as que realicen deporte hemos de estar aún más pendientes y realizar controles periódicos, ya que la exigencia que realizan en su sistema músculo esquelético, que está en plena formación, es mucho mayor.
También hemos de tener en cuenta y estar muy atentos a las alteraciones en la piel o las uñas. Los menores son muy susceptibles a padecer infecciones dérmicas, como hongos o verrugas, y si no se tratan en los inicios pueden a llegar a hacerse muy resistentes y convertirse en verdaderos calvarios a la hora de eliminarlos, eso sin contar con el número de visitas que acarrea y como consiguiente el gasto económico que supone.
Es conveniente también observar las uñas y los bordes de ésta para advertir que no se claven, y en tal caso acudir lo antes posible al podólogo para poder reeducar la uña.
En PODOLOGÍA AVANZADA Dr. Ezquerro, nuestra misión es proveer el más alto nivel de atención y tratamiento a nuestros pacientes. Nos especializamos en diversas áreas de la podología, siempre enfocados en la prevención y el tratamiento efectivo de las patologías del pie.
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